¿Ansiedad por comer o... comer por ansiedad?

Comer por ansiedad y ansiedad por comer son problemas que nos encontramos a la hora de gestionar nuestra conducta alimentaria. Controlar qué comemos no es la solución si no atendemos el por qué y para qué comemos

Ansiedad por la comida, ¿qué significa?

Hemos de tener en cuenta que no es lo mismo ansiedad por comer que comer por ansiedad. Cuando hablamos de ansiedad por la comida, nos referimos a comer como manera de gestionar o responder a la ansiedad.

  • Comer por ansiedad: La ansiedad como manera de gestionar, responder y evitar el malestar que genera la ansiedad. La comida funciona como un ansiolítico natural a nivel dopaminérgico y se va automatizando y reforzando cada vez que usamos la comida, en lugar de otros recursos, para gestionar la ansiedad,  impidiendo encontrar otros recursos y herramientas y reforzando la dependencia hacia la única herramienta con la que contamos y tenemos más “entrenada”: La comida
  • Ansiedad por la comida: Respuesta reactiva, sin dirección ni consciencia, que responde a la obsesión por no comer. La compulsión es la respuesta a la obsesión que se deriva de las prohibiciones, generando tensión. Como un tirachinas que se tensa más y más con cada evitación y prohibición y que responde, finalmente, con un “disparo”.  A medida que aumentan las prohibiciones y los “debería/no debería” aumenta la tensión que resultará en una respuesta en la dirección contraria.

La preocupación por la alimentación nos genera obsesión y ansiedad, La obsesión genera compulsiones hacia la comida y, a su vez, la ansiedad puede llevarnos a mitigar el malestar con comida, lo que volvería a aumentar la preocupación y obsesión y… Vuelta a empezar, 

¿El problema es la comida o la ansiedad?

 La comida es algo accesible, una necesidad (y no un problema). La ansiedad también forma parte de la vida… Algo que es normal en mi vida y se calma con otra cosa natural de la vida. ¿Dónde está lo patológico?

De niños comemos sin obsesión ni prohibición, de manera natural, pero al ir creciendo vamos interiorizando aspectos como la dieta, miedos y creencias que desvirtúan nuestra relación con la alimentación.

Comer no es un problema, es una necesidad. A veces nos dicen “es que tengo un problema, estoy comiendo mucho”. Pero comer mucho no es el problema, es la respuesta al problema que se esconde detrás. El problema son las causas de la ansiedad, la fuente de estrés, la baja tolerancia o dificultad de gestionarlo y adaptarse.

Comer es un acto emocional, un reforzador natural. En el día a día utilizamos la comida para proporcionar placer y calmar malestar.

¿Qué hago si como por ansiedad?

Primero de todo debes preguntarte: ¿Estoy prestando atención a qué fuentes de ansiedad y malestar me están activando emocionalmente? ¿O solo presto atención a que estoy comiendo?

¿De dónde nace este malestar? Si no atiendes al origen ese malestar seguirá creciendo y la necesidad de comer también aumentará. Además, hay que añadir la culpa y el castigo de después, el sentimiento de culpa por haberte gestionado a través de comer. No aprobamos el comer emocionalmente y nos castigamos generando más ansiedad. 

Así se genera el círculo vicioso de la ansiedad por la comida: Me siento mal y como porque me siento mal y me siento mal por haber comido.

¿Por donde empiezo a solucionar la asociación comida-ansiedad?

Pide ayuda. No se trata solo de ser consciente y querer solucionarlo, La voluntad no es el único factor. La conducta alimentaria está influida por muchos aspectos: las emociones, los pensamientos asociados, variables fisiológicas y hormonales… Son muchos ingredientes y quizá no tengas las herramientas para abordarlos. 

Que tengamos mente y emociones no significa que sepamos gestionarlas. Si un día nuestro corazón falla vamos al especialista, del mismo modo tendría que ser a nivel psicológico y conductual. 

A veces nuestra manera de atender nuestra conducta alimentaria es tratar de cambiar la alimentación en lugar de atender la conducta alimentaria. Tratar de aprender cómo controlar la ansiedad por comer hace el efecto contrario. Cuanto más intentamos modificar la alimentación más se altera nuestra conducta alimentaria.  

Puedes conocer más a Juana María, psicóloga y nutricionista, especialista en psicología de la alimentación, alimentación consciente y compulsiones alimentarias y a su equipo. 

Puedes reservar la sesión de descubrimiento GRATUITA aquí,para valorar tu caso y ayudarte a conocer y gestionar tu conducta alimentaria

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies