Cuando comer deja de ser nutrición y se convierte en supervivencia

“Cuando comer deja de ser nutrición y se convierte en supervivencia”

Introducción
Muchas personas sienten que pierden el control con la comida. Que no pueden seguir una dieta más de una semana. Que algo se apodera de ellas y comen lo que prometieron evitar. ¿Es debilidad? ¿Falta de voluntad? ¿O hay algo más profundo detrás?
La respuesta no está en contar calorías, sino en comprender lo que hay detrás de esa ansiedad por comer.

¿Por qué me cuesta tanto seguir una dieta?
Comer no es solo un acto nutricional. Es un acto emocional, social, cultural… y muchas veces, una forma de regular el malestar. Cuando el cuerpo está cansado, estresado, restringido o desconectado, el cerebro busca una vía rápida de alivio. Esa vía puede ser la comida.

Y es ahí donde aparecen los atracones. El cuerpo responde con impulsividad cuando se siente en peligro o privado. Un animal estresado y hambriento no razona: devora. No es falta de fuerza de voluntad. Es biología.

Ansiedad por comer: no es solo hambre física
La mayoría de las veces, la ansiedad por comer no nace del estómago, sino del alma. Puede ser estrés, cansancio, conflictos sin resolver o una acumulación de normas y prohibiciones. Comer se convierte en una forma de desconectarse, de evitar lo que sentimos.

El problema no es comer emocionalmente. El problema es que esa sea tu única vía para calmar, conectar o anestesiarte.

¿Y si el problema no fuera la comida ni tu dieta?
Cuanto más controlamos, más nos rebelamos. Cuanto más restringimos, más vulnerable se vuelve el cuerpo a los atracones. Y cuanto más te peleas con tu cuerpo, menos puedes escucharlo.

No necesitas una dieta más estricta. Necesitas otra forma de relacionarte con la comida y contigo misma.

Lo que realmente necesitas es:

  • Nutrición suficiente, sin prohibiciones rígidas.

  • Presencia y consciencia en el acto de comer.

  • Herramientas para regular tus emociones sin usar la comida como vía de escape.

  • Espacios para expresar lo que sientes y no tragártelo.

  • Confianza para elegir sin miedo ni culpa.

Cuidarte no es obligarte
El cuidado real no nace de la obligación ni del castigo. Nace del permiso, la elección y la conexión contigo misma. No se trata de comer perfectamente, sino de construir una relación con la comida donde haya más paz y menos lucha.

Conclusión
La libertad con la comida no se logra controlando más. Se logra estando más presente. Comprendiendo por qué aparece esa ansiedad por comer, y desmontando la idea de que todo se soluciona con una dieta.

Comer es cuidado, conexión, y a veces también emoción. No necesitas más reglas. Necesitas recuperar el derecho a elegir sin miedo. Porque no es fuerza de voluntad lo que te falta… es confianza y consciencia lo que te urge cultivar.

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